domingo, 14 de agosto de 2011

Carta leída en la SERENATA, viernes 12, realizada en la embajada del pueblo de Cuba

A NUESTRO HERMANO FIDEL CASTRO
EN SU 85vo. NATALICIO



Lima, 12 de agosto de 2011


Al compañero, cmdte. FIDEL CASTRO.
A los hermanos de la Embajada de la República Socialista de Cuba.
A las organizaciones populares y políticas.
A los compañeros de las Casas de la Amistad Perú – Cuba.

Estimados compañeros y compañeras:

Nos hemos congregado para rendir un justo homenaje por el 85vo. Natalicio de nuestro compañero, cmdte. FIDEL CASTRO, hermano de los pobres de nuestra Patria, de América Latina y de los pueblos de la madre tierra. Su tenacidad y fe inquebrantable, a toda prueba, por la causa de los pobres, es el ejemplo revolucionario para reafirmar nuestro compromiso y solidaridad con el pueblo cubano, para redoblar la lucha contra el criminal bloqueo, y por la libertad inmediata de los 5 héroes patriotas encarcelados en norteamérica. Como también, hacer, en nuestra patria, realidad nuestros sueños, construyendo el PODER DEL PUEBLO, por una sociedad más justa, democrática y libre del yugo imperialista.

Revolucionariamente,

¡VIVA EL 85vo. NATALICIO DEL C. FIDEL,
EJEMPLO DE COHERENCIA Y DIGNIDAD!

¡POR LA VIDA Y POR LA PATRIA… CON EL PUEBLO, VENCEREMOS!

JOSÉ PACHECO AMPUERO
Secretario General Partido Pueblo Unido

viernes, 5 de agosto de 2011

UN GOBIERNO DE CONCERTACIÓN
UN MENSAJE SIN SORPRESAS
Y LA BATALLA POR UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE

AFIRMACIÓN DEMOCRÁTICA FRENTE AL AUTORITARISMO Y LA CORRUPCIÓN
La centro-derecha liberal, dividida con tres candidaturas (Kusczinsky, Toledo y Castañeda), permitió que en la segunda vuelta se dirimiera entre la izquierda (nacionalistas y socialistas) representada por Ollanta Humala, y la derecha autoritaria y corrupta del fujimorismo.
Obtener aliados para ganar las elecciones primero, y gobernar, después; implicaba un conjunto de concesiones de orden programático. Se pasó, entonces, del Plan de Gobierno de Gana Perú a la llamada “Hoja de Ruta” con que se pudo convocar a técnicos de talante democrático y progresista confrontados al fujimorismo; se logró el apoyo de los Vargas Llosa y, finalmente, el de Toledo y su grupo.
La segunda vuelta se ganó por escaso margen. Las provincias y los sectores populares se impusieron, a pesar de que los medios de comunicación estuvieron, en forma beligerantemente, alineados tras Keiko Fujimori, creando un ambiente de zozobra y confrontación extrema.
El candidato ganador, tenía que tranquilizar a los mercados, dar confianza a los empresarios e inversionistas, serenar a las clases medias. En ese sentido, Humala dio los pasos correctos con su recorrido internacional para afianzar su legitimidad y construir un nuevo espacio de afirmación democrática. El siguiente y decisivo paso debía ser el de la conformación de su gabinete ministerial.

GANAR CON LA IZQUIERDA Y GOBERNAR CON LA DERECHA
La burguesía tiene una enorme capacidad para cooptar gobiernos y gobernantes. Usando todos los métodos posibles, desde el chantaje al halago. Y, cuando no lo logran, los demonizan. Es así, a raíz de la victoria de Humala, presionan y exigían de inmediato el nombre de su primer ministro y de su ministro de economía, y lo hacían con el aire dramático de quien avizora el inminente “fin del mundo”. Pero es indudable que la derecha económica jugó mejor sus cartas y salió ampliamente victoriosa. ¿Era esto inevitable? ¿Debieron y pudieron darse menos concesiones?. Es difícil de decir, pero estamos ante una realidad ya consumada.
Es posible el funcionamiento de un gabinete, con diversas corrientes y concepciones, que mantenga un crecimiento económico para la implementación de políticas redistributivas sin que las clases dominantes se sientan estratégicamente afectadas. Medidas como el impuesto a las sobre-ganancias mineras (pilar de la financiación de los programas sociales) dependen de los precios internacionales. Pero la bonanza actual, es extremadamente dependiente de la situación económica mundial (llena de incertidumbres y nubarrones). 
En un país presidencialista como el Perú, y más aún cuando “Gana Perú” es (en sentido estricto) más una plataforma electoral que un partido político, donde el rumbo lo marcará el presidente.
No es nueva la presencia de izquierdistas en los diversos gobiernos. Lo tenemos en el primer gabinete y en cargos de confianza con Fujimori, en el gobierno de Transición y en los comienzos de Toledo. Fueron figuras aisladas y más bien cosméticas, sin contribuir al desarrollo de un proyecto de autonomía social y política del pueblo trabajador. ¿Pasará lo mismo en esta ocasión?. Difícil decirlo, debemos conceder el beneficio de la duda y esperar que la firmeza de principios de Ollanta Humala alcance como para no perder el rumbo. En este sentido, la juramentación y el mensaje presidencial del 28 de julio han sido importantes para recuperar la iniciativa. Al jurar por los principios de la Constitución del 79, Ollanta Humala no sólo ha deslindado con el fujimorismo, sino que ha recordado que la batalla por una nueva constitución sigue siendo una tarea pendiente y que conseguirlo será en realidad lo que marcará el vuelco de la correlación de fuerzas. La derecha no fujimorista ha acusado el golpe y, aunque sabe que tiene la sartén por el mango en el terreno económico y por lo tanto no quiere hacer olas, sabe también que atrincherarse detrás de la Constitución del 93 es una cuestión estratégica, de ahí lo peligroso, para ellos, del mensaje de Humala.
CON LA UNIDAD… LOS SOCIALISTAS A CONSTRUIR EL PODER DEL PUEBLO
Sin duda la victoria electoral fue un triunfo del pueblo, significó la derrota de la derecha corrupta y autoritaria y la apertura de nuevas posibilidades de desarrollo de la conciencia y la organización popular. La victoria, sin embargo, también sacó a flote nuestras propias limitaciones. Las fuerzas de la izquierda que sufrimos una categórica derrota los noventa, estamos aún sin recuperarnos. Fragmentadas, sin programas ni estrategias, sin liderazgos definidos y legitimados, con precarios vínculos con las fuerzas sociales reales, las organizaciones izquierdistas no constituimos un referente  serio y consistente para las mayorías populares peruanas. Hay una crisis de liderazgo profunda y, como en el caso de la derecha, la ética y la política suelen estar divorciadas. Ubicados en la marginalidad del sistema político, vemos como la historia se construye sin apenas tomarnos en cuenta.
Ha llegado el momento, de pasar de la fragmentación y la dispersión, al reagrupamiento y la unificación de los diversos esfuerzos unitarios como la Unidad de Izquierda, Juntos por la Gran Transformación y la Coordinadora Política Social. También, a lo largo y ancho de nuestra patria, está el reto de consolidar Gana Perú, y la Unidad del Movimiento Popular promoviendo la Asamblea Nacional de los Pueblos. En estas tareas, con voluntad y decisión política los socialistas estamos comprometidos.
Los socialistas somos parte del proceso político abierto desde la campaña electoral y asumimos la victoria como nuestra, ya que hicimos un esfuerzo importante por lograrla. No está en nuestra aspiración la búsqueda de protagonismos personales, especialmente en lo que respecta a la consecución de puestos públicos. El clientelismo de la izquierda (en las universidades, en las ong, en los municipios, etc.) ha sido una de las causas de su desgaste y desprestigio ante las masas.
César Vallejo nos dice sabiamente: “Confianza en el anteojo, no en el ojo / en la escalera, nunca en el peldaño; / en el ala, no en el ave / en ti solo, en ti solo, en ti solo.”
Y tal constituye la línea de acción pues, en pocas palabras, esto quiere decir basarse en las propias fuerzas, construir desde abajo, desde el empoderamiento de los explotados y oprimidos, aquellos caminos que permitan al pueblo recuperar las riendas de su destino.
Cada sector del pueblo deberá levantar sus plataformas, que recojan sus principales reivindicaciones. Sensatas y razonables, pero firmes. Alrededor de ellas deberán desarrollarse procesos de discusión y movilización que vayan  integrando y unificando propuestas, que permitan diseñar de un modo articulado y coherente, aquello que se espera conquistar en concordancia con el recientemente inaugurado gobierno de concertación nacional, de modo tal, que la concertación no se produzca tan solo con los empresarios, sino también con el pueblo trabajador del campo y la ciudad.

¡POR LA VIDA Y POR LA PATRIA… CON EL PUEBLO, VENCEREMOS!

Lima, Agosto del 2011

Dirección Nacional
Pueblo Unido