Izquierda

BALANCE DE LA IZQUIERDA

PRIMER CICLO:
1. NACIMIENTO Y DESARROLLO DE LA IZQUIERDA: 1920 - 1930

A fines, del siglo pasado, se inicia el proceso de modernización económica y social a través del primer modelo capitalista, denominado enclave, de carácter dependiente y deformado, configurando una nueva estructura de clases sociales. Por un lado, la burguesía y, por otro, el proletariado en las haciendas azucareras, algodoneras, en los centros mineros y petroleros.
En Lima, un débil proletariado industrial. También debemos indicar la existencia de una clase media, que, por un lado, se verá afectada por la penetración imperialista, sobretodo en el agro azucarero; pero, por otro lado, se verá favorecida en su desarrollo por la misma presencia capitalista.
La explotación, a la que era sometida la clase obrera, en forma extrema, al lado de la secular explotación del campesinado indio, bajo las relaciones feudales y serviles; así como, los sectores medios que eran afectados, generaron niveles de organización y lucha de carácter reivindicativo que fueron canalizados por el anarquismo en un primer lugar. Pero conforme los combates se iban profundizando, al nivel de la conciencia y organización, se fue requiriendo de nuevas concepciones ideológicas y políticas, así como nuevas formas de organización y lucha.
Es, en este contexto, que surge José Carlos Mariátegui, con su Proyecto Socialista Indoamericano, como expresión ideológica y política del proletariado; así como, Víctor Raúl Haya de la Torre, con su Propuesta de Capitalismo Nacional, como representación de los intereses de la clase media. Ambos proyectos, coincidían en liquidar la formación social semifeudal, pero diferían en su alternativa de sociedad a construir. Pero ambos, asumen una posición antimperialista y antioligárquica, aunque de manera diferenciada.
José Carlos Mariátegui, como marxista que era, desarrolló su labor en varios niveles, conforme a una concepción y estrategia integral de la lucha de clases, desde una perspectiva socialista y comunista. Es así como, por un lado, se dedicó a la investigación científica de la formación social peruana reflejada en sus libros Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, Ideología y Política, etc.; así como, la problemática mundial y continental, en tanto que nuestra sociedad es una parte de ella.
Por otro lado, se dedicó a organizar sindicalmente al proletariado, campesinado y sectores medios a través de la CGTP, Federación Nacional de Yanaconas, etc.
Editó el Amauta como medio de difusión ideológica y cultural en forma pluralista y, consecuentemente, con su concepción de la revolución socialista, en las condiciones de aquel entonces, emprende la gran tarea de construir el Partido Socialista para educar, organizar y conducir las luchas de la clase obrera y del pueblo peruano hacia la conquista del Poder Político para construir el Socialismo lndoamericano, como creación heroica de los pueblos sin calco ni copia.
José Carlos Mariátegui, deslindó nítidamente con Haya de la Torre sobre el carácter de la revolución peruana y del partido.
Para Mariátegui, la revolución peruana debía ser socialista, debido a que nuestra sociedad era un eslabón más de la cadena del sistema capitalista imperialista mundial, de tal manera, que el verdadero desarrollo social pasaba por una revolución anticapitalista, ya que, esa era la esencia del imperialismo, aunque el proceso revolucionario debería seguir etapas. De allí que él señalara que el carácter de clase del Partido tenía que ser necesariamente proletario, lo cual no negaba la necesidad de un frente único de clases populares, bajo la hegemonía real de la clase obrera socialista.
Por último, debemos indicar, que su concepción filosófica del marxismo, como una Ciencia de la clase proletaria, era una teoría o un método científico de la interpretación de la realidad para ser transformada revolucionariamente. Esta concepción, explícitamente está en todas sus obras, particularmente en su libro Defensa del Marxismo.
Por lo anterior, podemos señalar, que en la teoría y en la práctica política, Mariátegui y su partido socialista, estaba muy lejos de concepciones filosóficas idealistas, así como de un materialismo metafísico y mecanicista, que se expresa en el denominado determinismo económico.
Su visión, científica dialéctica, le lleva a postular un marxismo creador, contrario al dogmatismo y sectarismo ideológico. 
En el nivel del carácter de la revolución, está en contra del obrerismo, así como de un frente de clases amorfo. Su concepción estratégica de la revolución es diferente a posiciones evolucionistas o reformistas, como a posiciones subjetivas y aventureras. Más bien, desarrolla una estrategia integral contraria al sindicalismo reformista, al cretinismo parlamentario o cualquier posición militarista o terrorista. Y, por último, entendió que la revolución peruana es parte de la revolución mundial, es por eso, que se integró a la III Internacional Comunista.


SEGUNDO CICLO: DERROTA Y MARGINALIDAD: 1930-1960
2. TERCER MlLITARISMO: 1930 - 1939
El proyecto leguiista, el primero que intentó el desarrollo capitalista, impulsado por los sectores medios, al amparo del imperialismo norteamericano, llegó a su fin, por las propias limitaciones estructurales y por los efectos de la gran crisis económica mundial de 1929, lo que lo dejó sin base alguna.
Esta coyuntura, fue aprovechada por la oligarquía, para dar un golpe de estado a través del comandante Luis Sánchez Cerro. Pero, la motivación fundamental para dicha acción, fue el avance de las fuerzas populares y sus partidos: el aprista y el comunista, ponían en peligro la estabilidad del sistema; por lo que, el objetivo central, fue liquidarlos históricamente, iniciándose por todos los medios una represión total.
A esto, hay que agregar, que en lugar de establecer una alianza entre el APRA y el PC, estos se enfrentaron. Los primeros, movidos por sus posiciones anticomunistas; y los segundos, por la orientación de la III Internacional; según la cual, la coyuntura mundial estaba propicia para el triunfo de la revolución socialista mundial y que por lo tanto habría que combatir a todas las fuerzas burguesas; y como el APRA, era un partido que representaba a la pequeña y mediana burguesía, tenla que ser combatida. Se le denominó como una orientación izquierdista.
La nueva orientación del PC, bajo el mando de Eudocio Rabines, funcionario de la III internacional, demostraba el abandono de las posiciones de Mariátegui, y la asunción de posiciones del colonialismo ideológico y político de la Comintern.
Es el abandono de un marxismo creador, de la creación heroica, sin calco ni copia. Estas posiciones utraizquierdistas, más la represión del militarismo, afectaron significativamente al partido comunista, que lamentablemente, no logra superar dicha situación, sino por el contrario, se irá agravando.
No solamente, es el abandono de una correcta concepción filosófica marxista, tal como lo desarrolló Mariátegui, sino que, también, como consecuencia de ello, no se entendió una adecuada relación dialéctica entre la lucha de clases a nivel nacional e internacional. No se comprendió correctamente, la relación dialéctica entre lo universal y lo particular. Además, tampoco se entendió, ni practicó una certera política de alianzas en relación el enemigo principal, dentro de una coyuntura dada y su interrelación con las contradicciones fundamentales de la etapa mundial: capitalismo vs. socialismo.

3. LA PRIMAVERA DEMOCRÁTICA: 1939-1948
Desgastado el tercer militarismo, el imperialismo y las clases dominantes vuelven al sistema democrático representativo, saliendo elegido presidente Manuel Prado. Su segundo gobierno,  representando al sector financiero y comercial de la oligarquía, da inicio al segundo modelo de capitalismo, denominado sustitución de las Importaciones, que significa un mayor desarrollo del capitalismo industrial; pero por su propia estructura y dinámica, profundiza el carácter dependiente y deformado de nuestra economía. Este modelo, favorecerá el proceso de urbanización y centralismo limeño en detrimento del agro tradicional y de las provincias. Además, se da en el contexto internacional de la Il Guerra Mundial, favoreciendo las exportaciones; lo que significará, mayores divisas que sirvieron para la industrialización, obras y servicios públicos en forma limitada, etc.
La izquierda, representada por el Partido Comunista, siguiendo una vez más las directivas de la III Internacional Comunista, brinda su apoyo al gobierno oligárquico de Prado, por cuanto éste es representante de los intereses imperialistas, particularmente norteamericanos, y como la URSS es aliada de éstos en la contienda mundial, debe ser apoyada.
De una posición ultraizquierdista, en la década del 30, se pasó a una posición derechista, neutralizando la lucha de clases, es decir, los intereses inmediatos e históricos del proletariado y las grandes mayorías. Se vuelven a cometer los mismos errores con otros contenidos que hemos anotado anteriormente. El APRA, por su lado, plantea un interamericanismo sin emporios, lo que demuestra ya una posición mediatizada.
En 1945, el Frente Democrático Nacional, que expresa la alianza de José Luis Bustamante y Rivero con el APRA, asume el gobierno continuando con el modelo capitalista indicado, pero tomando algunas medidas que afectan a la oligarquía como el centro de cambio, impuestos, precios, etc. Se desarrollan obras sociales, el gasto público crece, lo que va generando inflación y déficit fiscal. La oposición de la oligarquía, las presiones populares, sobre la base de la crisis económica, agudiza la lucha de clases, situación esta que es interpretada por los sectores radicales del APRA, para impulsar la insurrección popular a través del levantamiento de los marineros el 3 de octubre de 1948. Es el APRA, quien toma la iniciativa y está en la avanzada de la lucha de clases. Lamentablemente una vez más la dirección del APRA traiciona a sus bases y al pueblo peruano. Esta situación, es nuevamente aprovechada por la oligarquía para dar un nuevo golpe de estado a través del General Manuel Odría el 27 de octubre de ese año.

4. EL OCHENIO ODRIISTA: 1948 - 1956
El golpe fue promovido por la oligarquía para defender sus intereses, frente al peligro de que los apristas y los comunistas pudiesen tomar el poder, para lo cual, como siempre, no vacilaron en ir en contra del régimen democrático, por muy limitado que fuese, e instaurar una dictadura sangrienta, como lo fue el odriisimo: nuevamente los apristas y comunistas fueron duramente perseguidos, asesinados, encarcelados, deportados. El objetivo era liquidarlos históricamente.
Pero, a pesar de que fue, un régimen oligárquico, fue en este gobierno, que el proceso de desarrollo capitalista industrial se profundizó, favorecido por la guerra de Corea, que posibilitó mayores ingresos de divisas, lo que le permitió desarrollar obras y servicios como educación, salud, vivienda. Pero a la vez, el modelo capitalista de sustitución de importaciones, poco a poco iba desarrollando sus intrínsecas contradicciones que posteriormente se presentan en toda su magnitud.

5. LA CRISIS DEL SISTEMA OLIGÁRQUICO: 1956 - 1962
En 1956, llega nuevamente al gobierno Manuel Prado Ugarteche, con el apoyo del APRA, formándose lo que se llamó la convivencia, significando una clara traición de la dirección del Partido Aprista. Este vacío, es llenado por los nuevos partidos reformistas: AP y DC, de Fernando Belaunde Terry y Héctor Cornejo Chávez, respectivamente, así como el Social-Progresismo.
Prado, prosiguió desarrollando el modelo capitalista de sustitución de importaciones, que entre otras cosas, generó un mayor abandono del agro tradicional de carácter feudal, el minifundio y las comunidades indígenas; los niveles de producción y productividad llegaron a los peores niveles, traduciéndose en mayor pobreza y miseria.
Se produce el abandono del campo, a través de las migraciones a las ciudades de la costa, principalmente Lima, agudizando los problemas urbanos y el centralismo limeño; y las invasiones de tierras en el sur y centro de la sierra principalmente, y en menor medida, en el norte, lo que crea una situación políticamente grave. 
A esto, hay que añadir las demandas de la clase obrera, de los sectores medios como estudiantes, maestros, empleados, etc, lo que completa el cuadro general de profunda crisis del sistema oligárquico.
La modernización económica y social frustrada, limitada estructuralmente, se expresaba en una profunda crisis política de la sociedad.


TERCER CICLO: DESARROLLO DE LA IZQUIERDA PERUANA: 1960-1985
6. LA NUEVA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA: ELN, MIR, VR: 1960 - 1968
La crisis del sistema oligárquico crea las condiciones objetivas para la aparición de la nueva izquierda de carácter revolucionario. Pero además, suceden acontecimientos en el plano internacional que influenciarán significativamente. No sólo es la existencia de la bipolaridad mundial entre el campo capitalista con USA a la vanguardia y el campo socialista con la URSS a la cabeza de dicho bloque, sino también a la posterior pugna y división del campo socialista entre la URSS, dirigida por el PCUS y la CHINA, dirigida por el PCCh. En el plano continental, como factor externo principal, la revolución cubana que en 1959 inicia una revolución popular, democrática y nacionalista que deviene en socialista.
En el plano nacional, el Partido Comunista, que había oscilado desde posiciones ultraizquierdistas hacia posiciones derechistas, se desarrolla dentro de una práctica sindicalista reformista y en relación a la lucha entre el PCUS y el PCCH se alinea con el primero, en tanto era desde hace tiempo, un partido sometido a la orientación y financiamiento de dicho partido. Es por estas razones que un sector de dicho partido se separa y posteriormente, forma el EJÉRCITO DE LIBERACIÓN NACIONAL, dirigido por Héctor Bejar, asumiendo teóricamente el marxismo pero diferenciándose de la orientación moscovita y pekinesa. A su vez, asume la línea estratégica cubana y como tal, se preparan en la Isla para iniciar la guerra de guerrillas en el Perú: el primer intento se dio en 1962, al tratar de iniciar la lucha armada en el sur peruano, donde muere el poeta Javier Heraud y posteriormente reiniciarán en Ayacucho en 1965, pero debido a la falta de real articulación con las masas campesinas, que ya estaban sus luchas en pleno reflujo; y, a la no existencia de una organización nacional, con un mínimo de presencia en los demás sectores obreros y medios populares.
El ELN, fue una organización cuya composición social era pequeño burguesa; levantó un programa general socialista a ser aplicado una vez que se tomaba el poder político a través de la lucha armada. Restó importancia a un programa de transición y al desarrollo de otras formas de lucha política, ideológica, económica.
No responde a las necesidades concretas de obreros, campesinos, sectores medios y no tuvo en cuenta el real nivel de conciencia y organización política de las grandes mayorías nacionales. Fracasó en el intento.
EL MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA, formado por Luis de la Puente Uceda a partir del APRA REBELDE, ante la traición de la dirección del APRA, evoluciona hasta asumir la concepción marxista leninista, de carácter creador a nivel nacional y continental, retomando la posición de José Carlos Mariátegui, por lo que explícitamente, rechazan las concepciones del PCUS, PCCH y el Trotskysmo internacional. 
Ve en la revolución cubana, también, la orientación de un marxismo creador y un socialismo indoamericano y nacional. Asume dicha línea ideológica y política. Por otro lado, considera que el programa a ser implementado, una vez tomado el poder, tenía que ser de carácter socialista, pero que para llegar a ello, debería desarrollarse y luchar por un programa de transición, de carácter democrático popular, que expresara los intereses históricos de clase, no solamente del proletariado, sino también, de las masas campesinas y sectores medios. Y, en cuanto, a sus planteamientos estratégicos, consideró que la lucha armada que desarrolla la guerra del pueblo, a partir de la guerra de guerrillas, articulándose a otras formas de lucha económica, políticas e ideológicas.
Estableció, de acuerdo a su tiempo, una estrategia integral, muy distante del militarismo y foquismo. En dicho proceso, se iría construyendo en verdadero partido de la revolución socialista del cual el MIR era un factor de formación.
Es por ello, que el MIR, desde su constitución en 1960, se aboca a implementar sus concepciones estratégicas y partidarias.
Se pone en contacto con Hugo Blanco del FIR, sin llegar a acuerdos, debido a las divergencias estratégicas y tácticas. Se desplazan al campo para formar las bases políticas de los futuros frentes guerrilleros. En Lima y la costa se establecen niveles partidarios de acción política en los sectores urbanos y editan periódicamente su prensa partidaria: VOZ REBELDE.
Este trabajo integral, que estaba en pleno proceso de desarrollo, se ve seriamente afectado por el inicio de la guerra de guerrillas, el 9 de junio de 1965, en la sierra central dirigido por Guillermo Lobatón y Máximo Velando Gálvez, en una coyuntura en la cual el movimiento campesino estaba en reflujo y había las expectativas de una reforma agraria del gobierno belaundista. Ante esta situación, se pliega el frente guerrillero del sur al mando de Luis de la Puente Uceda, mientras que el frente guerrillero del norte se repliega y se dispersa, al mando de Gonzalo Fernández Gasco y Elio Portocarrero.
¿Cómo se explica este comportamiento político si según su concepción estratégica y el trabajo que venían desarrollando era diferente?. Creemos que, la explicación principal está en el carácter de clases del MIR, compuesta mayoritariamente por la pequeña burguesía radicalizada, que a partir de un análisis subjetivo de la correlación de fuerzas en ese momento, les llevó a considerar que ya era el momento de dar inicio a la guerra de guerrillas y que ésta, en su desarrollo, iría generando las condiciones subjetivas que faltaban para lograr la adhesión de las mayorías populares.
Esto, una vez más, demuestra como el subjetivismo y la desesperación pequeño burguesa, como muy claramente lo llamara Lenin, lleva a la sustitución de clases. Es decir, que la acción del partido, como tal, puede sustituir, en los hechos, a la acción de las masas como tales; además, se da parcialmente, cierto fetichismo a la acción militar como tal, por cuanto se considera que ella, aún por sí misma, automáticamente puede generar otras formas de lucha y condiciones para favorecer las propias fuerzas revolucionarias que apuntan a un cambio táctico y estratégico de la correlación de fuerzas para pasar de la defensiva estratégica, hacia el equilibrio estratégico y finalmente hacia la ofensiva estratégica.
Por último, habría que agregar la cierta confianza a la que denominaba burguesía nacional, que en favor de sus intereses van en contra del sistema oligárquico, y por ende, apoyaría la revolución.
En medio año, el gobierno belaundista, a través de las fuerzas armadas, derrotó al MIR, prácticamente liquidándolo, salvo el frente del norte y la coordinación urbana. 
La evaluación de la experiencia sucedida en 1966 y 1967, llevará a la división del MIR entre un sector dirigido por Elio Portocarrero y Ricardo Gadea que, manteniendo las posiciones básicas del MIR, consideraban que en la nueva etapa debería centrarse en el trabajo político de masas, no solamente campesinas, sino también urbanas, debido al cambio de formación social de un capitalismo dependiente y deformado con todas sus consecuencias sociales y políticas. Y por otro lado, el sector dirigido por Gonzalo Fernández Gasco, que asume las posiciones del PCCH y considera que el trabajo fundamental seguía siendo en el campesinado para desarrollar la guerra popular maoísta, en tanto el Perú seguía siendo semi feudal y por lo tanto la estrategia era del campo hacia la ciudad.
A partir de 1968 cada una de las facciones del MIR siguió su propio camino y desarrollo.
Frente a esta situación, un grupo de intelectuales se organizan y forman VANGUARDIA REVOLUCIONARIA dirigida por Ricardo Letts,  Edmundo Murrugarra y luego Javier Diez Canseco, como una alternativa diferente y superadora del ELN y el MIR, dentro de un marxismo y socialismo creador, desarrollando una estrategia que priorice el trabajo político de masas y la construcción de un mínimo de partido, levantando el programa social del socialismo.

7. DESARROLLO DE LA IZQUIERDA DURANTE LA DICTADURA MILITAR (1968-1980)
La crisis del sistema oligárquico no pudo ser resuelta favorablemente por el gobierno belaundista, sino por el contrario terminó conciliando con la oligarquía expresada en aquel entonces en la coalición APRA, UNO y MDP, dando curso a la  superconvivencia. La Fuerza Armada a través de su Comando Conjunto, presidido por el General Juan Velasco Alvarado, dió el golpe de estado el 03 de octubre de 1968. Implementa un desarrollismo capitalista, en su modelo de sustitución de importaciones, con fuerte presencia estatal como empresario y regulador de la economía; implementa además, la estrategia contrasubversiva de  Seguridad Nacional para llevar adelante las reformas estructurales que impidan el avance del peligro Comunista.
El proceso de reformas estructurales iniciadas por el Velasquismo, particularmente la reforma agraria, buscaba cancelar los últimos reductos del sistema oligárquico, para favorecer el desarrollo del Capitalismo.
Se establecieron nuevas formas de dependencia respecto al Imperialismo. Más allá, de sus relativas y contradictorias posiciones nacionalistas al inicio del proceso, ya que al final, con la reforma de la empresa buscó llevar, a su máximo desarrollo, el modelo de sustitución de importaciones generando mayor dependencia del imperialismo por la importación de insumos, materias primas, capitales, tecnología, etc. Significó mayores egresos ante las divisas que ingresaban por las exportaciones; se tradujo en una severísima crisis de la balanza de pagos; y a esto, hay que agregar los préstamos para poder financiar las reformas y las grandes obras públicas, así como elevar el nivel de consumo y demanda. Es decir, al déficit de la balanza de pagos, se sumó el déficit fiscal. 
El Septenato Velasquista terminó en una profunda crisis económica y el fracaso del modelo desarrollista ya aludido.
Pero dicho proceso reformista, que se inició en 1968-1969, cambió la situación económica, social, política y cultural del Perú, de tal manera que la izquierda tuvo que replantear sus posiciones y prácticas políticas.
El partido Comunista Peruano Unidad, consideró que el Velasquismo había iniciado un proceso revolucionario antioligárquico y antiimperialista, por lo que debería dársele un apoyo crítico desde dentro del proceso para profundizas las reformas hacia una revolución democrática, nacionalista y popular en la perspectiva socialista. De allí, que dicho partido, que controlaba la CGTP, ya reorganizada y en proceso de desarrollo por la traición del APRA a las bases sindicales, fue creciendo en esa línea táctica.
Por otro lado, el Partido Comunista del Perú Patria Roja, pasó a la oposición y a través del SUTEP, fue desarrollando su oposición al régimen levantando las reivindicaciones del magisterio, así como de otros sectores populares, como la FEP, que le permitió crecer tanto a nivel político como sindical.
Lo mismo sucedió con Vanguardia Revolucionaria, que centró su trabajo principalmente en el campesinado, dando origen a la formación de la CCP, dentro de una línea reivindicacionista. El MIR fue desarrollándose en los sectores urbanos y mineros, impulsando la Federación Nacional de Mineros y Metalúrgicos del Perú, así como posteriormente la Confederación Nacional de Pueblos Jóvenes del Perú.
Es decir, la mayoría de organizaciones de izquierda: PV, VR, MIR, a las que habría que agregar las fracciones del partido comunista “BR” y “SL”, así como los grupos trotskistas se ubicaron en la oposición al régimen militar por su carácter burgués y pro imperialista de nuevo tipo, pero su oposición fue centralmente reivindicacionista; es decir, que sin negar el carácter combativo de la izquierda, sus estrategias fue reformista sindicalera, articulado con una prédica verbal de la lucha armada, de la guerra popular para conquistar el poder político e implementar el socialismo.
No existió, en base al trabajo reivindicativo, un profundo trabajo de educación y organización política de las masas populares con el fin de ganar la real hegemonía ideológica y política de la sociedad, ni en la práctica se fue desarrollando una estrategia de guerra del pueblo como tal. Prácticamente, la acción opositora y combativo de la izquierda, se dió dentro del sistema pero reducida fundamentalmente a la lucha económica, de allí que, cuando se produce la crisis política, generada por el fracaso del modelo capitalista de sustitución de importaciones, la respuesta fue básicamente sindical, reivindicativa con consecuencias políticas, pero que al final fueron hábilmente aprovechadas por la burguesía, el imperialismo y sus partidos e instituciones burguesas.
Los efectos de la crisis económica y el fracaso del velasquismo, creó las condiciones para que se produjera el golpe de estado del General Fco. Morales Bermúdez, que dió inicio a la segunda fase y que significó, el gradual desmantelamiento del modelo velasquista, para implementar las políticas liberales y ortodoxas del FMI y el BM, que se tradujo en los famosos paquetazos económicos, de sistemáticas devaluaciones, reducción del gasto fiscal y contrajo severamente la demanda, los despidos masivos, creando mayor desempleo y desocupación, a la vez que, los recursos destinados a los servicios básicos, así como, para las demandas regionales disminuían significativamente.  Todo esto, como es lógico, generó mayor pobreza, desocupación y marginación de las provincias.
La clase trabajadora y el pueblo en general, ante esto, respondió a través de paros, huelgas, movilizaciones en 1976, que se iban generalizando a lo largo y ancho del Perú, hasta que, el 19 de julio de 1977, se llevó a cabo el histórico Paro Nacional que realmente paralizó a todo el país. Dentro de este contexto, en el mismo día señalado, se formó la Unidad Democrático Popular (UDP), que era un movimiento político que aglutinaba a las principales fuerzas de la nueva izquierda del 60: el MIR, VR, PCR y otras fuerzas menores. La participación de las otras fuerzas de la izquierda también se dió plenamente a través de las organizaciones sindicales, nacionales y sectoriales sobre las que tenían influencia política.
La dictadura militar, respondió con la represión generalizada contra los partidos de izquierda, las dirigencias gremiales y con los despidos de más de 5000 trabajadores a lo largo y ancho del país; pero ello, dentro de la nueva táctica, ante su evidente fracaso y total ilegitimidad: la transferencia a la civilidad, a través de, una asamblea constituyente y elecciones generales en 1980.
La clase trabajadora y el pueblo en general respondieron con un nuevo PARO NACIONAL DE 48 HORAS EN EL MES DE MAYO DE 1978, generando en algunas zonas movimientos pre-insurreccionales de trabajadores y pobladores.
La convocatoria a la Asamblea Constituyente en función de la transferencia a la civilidad, restaurando el régimen democrático representativo fue posible ante la ausencia de una alternativa revolucionaria socialista: es aquí donde se verificó lo que hemos señalado anteriormente, es decir, no se organizó el BLOQUE POLÍTICO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO, que haya logrado una REAL HEGEMONIA IDEOLÓGICA Y POLÍTICA EN LA SOCIEDAD debido a que el trabajo de los 7 años anteriores fue casi exclusivamente reformista sindicalero. Esto explica como la mayoría del pueblo peruano va a optar mayoritariamente por las alternativas burguesas del APRA, PPC, a pesar de la abstención de AP.
La izquierda mayoritariamente, ante esta situación, optó correctamente pasar de la lucha reivindicativa a una lucha directamente política, a través de la participación en la Asamblea Constituyente y luego en las elecciones generales de 1980. Solamente se abstuvieron desde posiciones utraizquierdistas PR y SL. Lamentablemente las distintas organizaciones de izquierda no lograron presentarse en un solo frente político debido a las desviaciones propias de la pequeña burguesía: el caudillismo, el sectarismo que se encubría con una seudo lucha programática. De todas maneras, debemos reconocer que a pesar de todo lo que hemos señalado, los efectos políticos del trabajo realizado se dejaron sentir, expresados por primera vez en la historia política del Perú, en un tercio del electorado, frente a los dos tercios que se repartían entre los partidos del APRA y el PPC. La izquierda dejó de ser políticamente una fuerza marginal y así se inicia una nueva experiencia.

8. EL SEGUNDO BELAUNDISMO Y LA IZQUIERDA UNIDA, SL y MRTA: 1980 - 1985.
Fracasado el modelo capitalista de sustitución de importaciones, con la consiguiente crisis económica, profundizado por las medidas del FMI, el pueblo mayoritariamente confió que el nuevo régimen democrático parlamentario del segundo belaundismo resolvería favorablemente los seculares problemas de nuestra sociedad, pero no duró mucho tiempo para que dichas expectativas se esfumaran; la frustración y el descreimiento se generalizaron en nuestra sociedad. El segundo belaundismo, siguió aplicando las mismas medidas del FMI y el BM, además este régimen se enmarca en un contexto donde el modelo capitalista reformado del keynesianismo a nivel mundial había fracasado, dando paso a una reestructuración del patrón de acumulación capitalista denominado Neoliberalismo, que en realidad es un proyecto de reestructuración global de largo plazo por parte de los monopolios imperialistas.
Los partidos de izquierda, ante la evidente necesidad de unirse para poder llevar adelante una acción  eficaz y buscando superar la división de las elecciones generales motivadas realmente por las acciones personales o de grupo, mostraron una vez mas el individualismo caudillista, el sectarismo, principalmente de PR y UNIR y los grupos trotskistas.
Se plasma en la fundación de IZQUIERDA UNIDA en el segundo semestre de 1980. Frente  de izquierda donde estaban el PC, UNIR, UDP y otros, en el transcurso del segundo belaundismo, demostró en la práctica el siguiente comportamiento: en primer Iugar, frente a la política liberal y ortodoxa del belaundismo, no levantó un programa concreto alternativo en la perspectiva del futuro socialismo, lo que no le permitió una acción coherente y unitaria, de tal manera que un sector de la IU en la práctica, concilió con el APRA y esto tuvo repercusiones negativas en la acumulación de fuerzas dentro de una estrategia integral.
Segundo,  la izquierda se fue integrando cada vez más en la práctica real dentro de los parámetros del régimen burgués de la democracia representativa, cayendo en lo que Lenin señala como cretinismo parlamentario, que se expresa en el abandono de las Iuchas obreras y populares en torno a un programa concreto, que corresponde al período político concreto, en función de la revolución socialista.
Se pasó del reformismo sindicalero del 70 al reformismo electorero y el cretinismo parlamentario.  Esta situación se agudizó cuando fue avanzando la Iucha armada de SL y posteriormente del MRTA, asumiendo una posición abiertamente pacifista y a la defensiva, lo que terminó en una abierta subordinación a la estrategia contrasubversiva de la guerra sucia del gobierno y las fuerzas armadas.
Un sector de la UDP, discrepa abiertamente sobre la orientación y práctica de dirección de la IU, generando su propia alternativa por fuera del frente, cuando lo correcto debió ser la lucha al interno de la IU para ir ganando terreno y cambiar la línea estratégica y táctica.
Sendero Luminoso, después de más de una década de preparación política y militar durante la década del 70, inicia una lucha armada en 1980 dentro de los Iineamientos maoístas aplicados mecánicamente al país, como si nuestra formación social fuera semifeudal, como lo fue en China durante la revolución. Tienen además, una concepción metafísica y dogmática que los llevaba a considerar que era la única fuerza revolucionaria y que no había necesidad de alianzas, porque todos los demás partidos de izquierda, eran revisionistas de derecha y por lo tanto enemigos del pueblo, a los que había que liquidarlos. Por otro lado, consideraban que las condiciones objetivas y, sobretodo, las subjetivas estaban maduras y lo único que faltaba era la chispa que incendie la pradera, es decir, la lucha armada.
En el marco de estas concepciones ideológicas, programáticas y estratégicas, inician su lucha armada a través de la guerra de guerrillas en Ayacucho y dentro del denominado Trapecio Andino, que es la región más pobre para ir ganando masas y formar el futuro Ejército Popular de Liberación, exactamente como había sucedido en China, otra realidad, con una formación social distinta. Las condiciones objetivas estaban dadas; la existencia de la pobreza, miseria y total marginación de sectores campesinos que les permitió avanzar.
El segundo belaundismo, al final, ordena en 1983 que las fuerzas armadas intervengan, las cuales desarrollan  estrategias de guerra sucia como el arrasamiento de poblaciones inocentes y así se comete crímenes con la población civil. Generando una mayor reacción de SL y de esta manera se debería desarrollar una polarización militar total, de tal manera que el pueblo; los campesinos en primer lugar, y marchando del campo a la ciudad se integrarían dentro de su Ejército Popular. Se inicia, pues, la espiral de la violencia política y militar sobre la base de la secular violencia estructural en que vive nuestro pueblo.
Por otro lado, en 1984 hace su aparición el MRTA, con una concepción de guerra revolucionaria de todo el pueblo. Lucha armada en el campo y la ciudad, en tanto entendían que la formación social era capitalista. Al inicio realizan acciones de propaganda armada en las ciudades, principalmente Lima, sentando las bases para la acción de los frentes guerrilleros que tendrán como teatro de operaciones  la selva, principalmente.
También debemos indicar que el MIR desarrolla su estrategia político-militar que posteriormente se manifiesta en los Comandos Revolucionarios del Pueblo (CRP), que realizan acciones de propaganda armada en Lima y Arequipa.
Ambas organizaciones se ubican en la línea de los movimientos revolucionarios latinoamericanos, cercanos a la experiencia cubana e ideológicamente diferentes a la orientación del PCCH y del PCUS.

9. CRISIS Y FRACASO DE LA IZQUIERDA PERUANA: 1985 - 1990.
Ante el fracaso del gobierno del segundo belaundismo, el pueblo mayoritariamente apoya una opción de centro izquierda expresada en las elecciones de 1985: en primer lugar, ganó el APRA y por primera vez en la historia política del Perú, la izquierda pasaba, del tercio del electorado de 1980, a ser la segunda fuerza política nacional; y, muy en tercer lugar, quedaban los partidos de derecha. 
Estos Resultados mantenían, en lo fundamental, el nuevo mapa político que se dibujó a partir de 1978-1980: la derecha con AP y PPC, el centro con el APRA y la izquierda con la IU.
El gobierno aprista de Alan García, en una primera etapa trata de implementar el modelo desarrollista de la CEPAL que le duró dos años, pero por la propia dinámica interna y las  inherentes contradicciones de este modelo y  el excesivo gasto público, aumentos de sueldos y salarios para incentivar la demanda, el crédito cero, etc. y las excesivas ganancias de los denominados Doce apóstoles, que en lugar de reinvertir sus 4000 millones de dólares, para seguir reactivando el aparato productivo, los llevaron hacia fuera, terminaron por hacer fracasar nuevamente este modelo capitalista. Recurrió a la maquinita y ante la decisión de pagar sólo el 10% de la deuda externa, aunque en la práctica fue algo más, el efecto político fue devastador por cuanto el imperialismo le cerró las puertas de financiamiento, lo que, prácticamente, le obligó a cambiar su política económica. La pretensión de estatizar la banca, que sólo controlaba el 25% del crédito, pero de todas maneras fue suficiente para generar la aparición de Mario Vargas Llosa con posiciones claramente neoliberales como alternativa al APRA.
Al final, el gobierno de Alan García, tuvo que  aplicar la política del FMI y el BM, profundizando la crisis económica hasta límites extremos.
La propuesta programática del APRA en su campaña electoral y el implícito apoyo de un sector de la IU dirigida por Dr. Alfonso Barrantes con el apoyo de PCP (U), PSR y otros, decide no postular a la segunda vuelta y posteriormente se traduce en una virtual alianza con el APRA, sobretodo en su primera fase (85-87), pero que políticamente va a significar para IU un profundo desgaste político ya que el pueblo, en su sabiduría popular, percibe esta tácita alianza. A esto hay que agregar el persistente abandono de las luchas reivindicativas, sociales, etc. del pueblo por parte de la dirección de la IU y sus partidos, es decir, se profundiza el cretinismo parlamentario.
En  la IU se agudizan las contradicciones entre el sector moderado y radical, liderado por Barrantes y Diez Canseco, respectivamente, lo que posteriormente se traducirá en una nueva división de la IU y la formación de IS.
Mientras tanto, SL sigue avanzando en el desarrollo de su lucha armada, aunque sin que esto signifique que esté logrando la adhesión de sectores significativos del pueblo, pero si va profundizando la violencia política y la creciente polarización.
El gobierno aprista responde con la misma estrategia: ]a guerra sucia, que es lo que le conviene a SL para desarrollar cada vez más su lógica estratégica que ya hemos indicado.
Pero, a pesar de todo, debemos reconocer que la estrategia del gobierno aprista y de la Fuerzas Armadas ha fracasado en su objetivo de derrotar a dicha organización. Esta, sigue avanzando sin que signifique un cambio sustancial en la correlación de fuerzas, es decir, no pasan de la defensiva estratégica al equilibrio estratégico. SL, profundizando su visión idealista subjetiva de la realidad, pasa de una estrategia militarista en su primera fase, a una estrategia terrorista, ya no solamente en el campo sino también en la ciudad.
El MRTA, partiendo de un análisis subjetivista del período, al considerarlo pre-revolucionario y, en su competencia con SL, decide iniciar la guerrilla en el Frente Oriental, departamento de San Martín, asumiendo posiciones militaristas, al considerar que lo militar es el factor determinante en el desarrollo de la estrategia revolucionaria.
A este proceso se incorpora la mayoría del MIR, integrándose y subordinándose a la dirección del MRTA, dirigido por Víctor Polay. Sus acciones estuvieron signadas por la espectacularidad, tratando de ganar presencia en los medios de comunicación para disputar con sendero el espacio de la violencia, llegando a implementar acciones de corte militarista. Experiencia que fue derrotada porque el movimiento armado se desarrolla en momentos de reflujo del movimiento obrero y popular, produciéndose un desencuentro histórico que permite aislar a los alzados en mejores condiciones.
La IU, sumida en sus contradicciones internas por las diferencias tácticas que ya hemos indicado, en Iugar de procesar dentro de la unidad la superación de los errores, profundiza sus diferencias que se ven atizadas por las disputas electoreras de los curules de las próximas elecciones de 1990. Al final, la división entre IU e IS. Pero, además de esto, que el pueblo lo percibía y que una división lo debilitaba, le restaba credibilidad, de una u otra manera, por la campaña de la burguesía a través de todos sus medios, hizo posible que el pueblo identificara izquierda con terrorismo, y en tanto las grandes mayorías rechazaban la violencia y el terrorismo, se llevaron de encuentro, también a la izquierda. A esto, también hay que agregar que en el plano mundial, la caída del Muro de Berlín como símbolo del fracaso del socialismo o comunismo, que también fue debidamente utilizada a nivel mundial por el imperialismo y sus aliados, influyó significativamente en el pueblo peruano, entendiendo que, en tanto el socialismo ya fracasó en la URSS y Europa Oriental, aquí en nuestro país ya nada tiene que hacer. Todo estaba consumado. Las elecciones de 1990 demostrarán nítidamente que la izquierda (IU e IS) ha fracasado.  Se ha terminado un ciclo histórico.

10. 1990-1995
Iniciamos la nueva década con las siguientes características: una profunda descomposición social, una generalizada crisis de la representación política, un vacío de poder, la violencia armada en ascenso, la división de la IU; y, en el plano internacional, el cambio de la correlación de fuerzas de carácter histórico y estratégico al desaparecer el bloque soviético y, con él, la bipolaridad mundial y el establecimiento de la unipolaridad político-militar mundial.
En ese contexto, se producen las elecciones generales, presentándose el FREDEMO, APRA, y la izquierda dividida. En segunda vuelta, gana el “independiente” Alberto Fujimori, con el apoyo del APRA y sectores de la Izquierda para impedir el triunfo de Vargas Llosa. Se instaura el modelo neoliberal, generando la baja de la producción nacional, aumenta la pobreza absoluta, con el pretexto de derrotar la hiperinflación. La respuesta de la CGTP, ANP fue débil y fracasó el paro nacional, demostrándose la nueva situación política.
Durante el año1991, además de la de la acusación constitucional contra Alan García, se profundiza, principalmente, el conflicto entre el Poder Ejecutivo y el Parlamento; así como, el avance de la guerra interna, sobre todo cuando SL decide pasar a la nueva Etapa de Equilibrio Estratégico, con lo cual, profundiza sus acciones terroristas, prioriza las ciudades y traslada la jefatura a Lima, en base a que contaban con bases de apoyo campesino y el avance del ejército popular.
Esto va a crear las condiciones favorables, para justificar el Autogolpe del 5 de abril de 1992, que posibilitó aplicar a fondo el modelo neoliberal, establecer un régimen autoritario cívico-militar, profundizar la estrategia antisubversiva. Todo esto, va demostrar la profunda crisis del régimen democrático-representativo, la total desgitimilización de los partidos políticos, la absoluta debilidad de la izquierda.
El establecimiento del CCD, por presiones de la OEA y el Imperialismo Yanqui, no es más que la  legitimización del autogolpe, ya que, fraude mediante, eso le permitió dar la imagen de régimen democrático y la elaboración de una nueva Constitución en función de sus objetivos. (1993)
Además, de la práctica liquidación de la izquierda, por las razones anteriormente señaladas, se genera un pesimismo generalizado y la traición de algunos sectores, intelectuales hacia posiciones de centro o abiertamente neoliberales, con lo cual, la situación de la izquierda se hace más grave.
El plan de la Etapa del Equilibrio Estratégico de SL fracasó, por su base subjetivista en el análisis de la correlación de fuerzas y que se agrava con la caída de Abimael Guzmán, lo que significa un revés de carácter estratégico e histórico. Por su lado, el MRTA no lograr avanzar significativamente y va sufriendo derrota tras derrota, lo sucedido en los “Molinos” será una de esas manifestaciones y se agudizan las contradicciones al interior de su dirección, pública. (1992), se realiza el III Congreso del PUM (1992) y el VI Congreso de PR (1992).

11.  1995-2000:
En esta nueva fase las características que hemos señalado se mantienen y se profundizan: Se da una situación de incertidumbre generalizada a nivel nacional e internacional. La descomposición social y política se agudiza, la derrota histórica y política del movimiento popular es evidente, la izquierda ya no existe como fuerza política nacional, se desarrolla la crisis de la representación política, hay un derrumbe de los paradigmas.
En la izquierda, como manifestación de lo señalado se presenta las siguientes situaciones: en el PUM se plantea su disolución o no? Y concluyen en que se deberá crear un nuevo referente de acuerdo a la  nueva situación y por lo tanto entraban en una etapa de transición. En PR, según los acuerdos de su VI Congreso Nacional (1992), consideraba que ya se agotó una etapa y había que generar una nueva alternativa sobre la reconstrucción ideológica y política antes que orgánica.
Se desarrolla algunas acciones importantes en 1996 como la Campaña Nacional de Recolección de firmas y organización ciudadana Pro-referéndum indefensa de Petroperú. Por otro, se inicia intentos de reagrupamientos entre sectores de izquierda y  centro izquierda.
Pero sobre todo, entre 1997 y 1998, se desarrollan acciones en función de una profunda renovación política y de reagrupamiento, desde la lucha social y democrática, contra la dictadura cívico militar del Fujimontesinismo para buscar una representación política. Una de las luchas más significativa es la campaña a favor del pro referéndum desaprobatorio de la inconstitucional ley re-releccionista, activando el foro democrático.

1999 FUERZA PERÚ:
Esta nueva experiencia, consecuencia de las acciones anteriormente señaladas, respecto de los reagrupamientos políticos, tiene como principal impulsor al cc. Gustavo Monhme Llona, a través del DEMOS (Democracia y Solidaridad). Participaron en este proyecto: PUM, UDC, MD; además, se incorporaron movimientos regionales y también personalidades e intelectuales. Posteriormente se incorporó el FOCEP.
COORDINADORA SOCIALISTA: Nosotros decidimos incorporarnos, en la reunión nacional del 18 de julio de aquel año, ya que considerábamos que era necesario forjar un frente o movimiento político nacional de izquierda y centro izquierda. Pero está experiencia fracasó, por las contradicciones políticas entre los sectores social-demócratas que temían que la hegemonía política y orgánica lo asumiera la izquierda, por cuanto tenía más presencia.

12. 2000 - 2006:
Iniciamos un periodo crucial muy importante, por cuanto, la dictadura llegaba a su fin. Las luchas sociales, políticas por la democracia, contra la corrupción se iban acrecentando y en la base estaba el agotamiento y el fracaso del modelo neoliberal que había generado una recesión económica, la pobreza extrema aumentaba. La nueva situación, creaba a su vez las condiciones favorables para la construcción de un nuevo proyecto nacional desde la izquierda como alternativa necesaria y posible.
La Coordinadora Socialista, nombre provisional de la UDP, decidimos persistir en la reconstrucción de nuestra organización de acuerdo a la nueva situación, si bien partíamos con núcleos de antiguos compañeros, sólo en la Región Norte: Lambayeque, La Libertad, Ancash; en Lima, se procesa un núcleo de debate que surge como Democracia Popular y que logra integrar algunos cuadros de provincias, organizando una red. Fusionamos esfuerzos.
El PUM llevó a cabo su II Encuentro de colectivos con distintos grupos políticos; PR persistía en llevar adelante sus acuerdos del VI CN. Y en lo mismo se encontraba el PCP.
En relación a las elecciones del 2000, la izquierda se presento en forma dispersa, demostrando su real debilidad y que a pesar de los iniciales esfuerzos, no había logrado superar su debilidad y marginalidad. Es así que se presentó  en las listas  de UPP, PP, FD,  etc.
Caída la dictadura, se establece el gobierno de Valentín Paniagua y se convoca a nuevas elecciones, siendo ganador, en segunda vuelta, Alejandro Toledo con el apoyo de la izquierda y otros sectores centristas, incluso derechistas antiapristas. (1991).
Nuestra organización, lleva acabo el Primer Encuentro Nacional (2002), como parte del proceso de construcción y reconstrucción que ya hemos indicado, significando un avance político-orgánico; y, por otro lado, las distintas fuerzas de izquierda dan nacimiento a la Coordinadora Nacional de Izquierda (mayo 2002), conformada por: PR, PCP, PSR; FOCEP. Esta Coordinadora, tenía como objetivo coordinar acciones en el terreno de las luchas directas a través de los FEDIPS, gremios, movimientos sociales, etc. También esto significo, un paso importante en el reagrupamiento y unificación. El PDD, no participó por considerar que ello era repetir la experiencia IU y eso ya no tenía razón de ser, estaba por construir un nuevo partido.
Durante el 2003, continua este proceso: nosotros llevamos a cabo nuestro II Encuentro Nacional del MDPU, en marzo del 2003, demostrando que seguimos avanzando en el desarrollo del trabajo político aunque en forma sectorial y limitada, el crecimiento de bases orgánicas, aunque aún deficientes, el trabajo de prensa aunque con circulación limitadísima; pero persistía, la falta de recursos económicos y una profunda redefinición ideológico, político y no al de los cc. También se continuó con la CNI, pero a nivel burocrático, por que no desarrolló trabajo político nacional en el pueblo de acuerdo a un programa y plataforma política.
Por el lado del PDD, se constituyó como fuerza política y llamó a constituir un frente político amplio para las elecciones del 2006 y desarrollaba una campaña para inscribirse en el JNE. El PCP también conformo su Frente Popular con los mismos objetivos.
En el 2004, la crisis política sigue profundizándose, debido principalmente a las limitaciones impuestas por el mantenimiento del modelo neoliberal en lo fundamental, de tal manera, que ya va tres años y no hay una reactivación de la producción nacional industrial y agrícola, aumenta el desempleo, la pobreza y los salarios reales siguen bajísimos. A esto, hay que añadir que se están manifestando niveles de corrupción en el gobierno Toledista, una evidente incapacidad de gobernar y conducir el gobierno, que ha llevado a determinados sectores a plantear adelanto de elecciones y la convocatoria de una Asamblea Constituyente. Las luchas regionales, sindicales y sociales siguen avanzando.
Prácticamente, hemos entrado ya a el periodo electoral hacia el 2006 y las fuerzas políticas ya están trabajando dentro de estas perspectivas: El APRA, plantea la constitución de un Frente Social, por que saben, que solos no pueden ganar ni en primera ni en segunda vuelta; Unidad nacional, frente de la extrema derecha liberal, viene procesando problemas; Valentín Paniagua de AP ha convocado su Frente Republicano, como un frente de centro-derecha. A esto, hay que agregar la presencia significativa de fujimontesinismo, con una aceptación de 10 al 15% de la población con posibilidades de definir en segunda vuelta; la aparición y desarrollo del Movimiento de Humala, etc. etc.
Dentro de este contexto, que va dibujándose en este primer semestre del 2004, la izquierda peruana sigue un proceso de desarrollo, superando la etapa de reflujo que ha durado 15 años, haciéndose presente en las luchas de los frentes regionales, de la CGTP, Campesinos (cocaleros entre otros) Universidades, etc. Esa presencia, que no logra aún ser de incidencia nacional, se va expresando en el desarrollo de las organizaciones partidarias:
·         El PDD, ha realizado su Convención Nacional en marzo, convocando a la constitución de un amplio frente que incluye a sectores de izquierda, centro-izquierda (Manifiesto al Pueblo Peruano), al cual se han incorporado sectores social-demócratas dentro de la definición de un partido basado en el programa dentro del pluralismo ideológico: socialistas marxistas, socialdemócratas, socialcristianos, humanistas etc. Debe inscribirse en mayo y realizará su  Congreso Nacional en noviembre de este año.
·         PR, ha realizado ya su VII Congreso Nacional, y en marzo, ha llevado a cabo el Congreso Nacional del MNI, definiendo su propuesta de la nueva República y afirmando un frente en base al CNI, ya que fueron derrotadas las posiciones que planteaban participar en el frente social del APRA.
·         El PCP esta pasando problemas orgánicos en Lima, pero básicamente están impulsando que su Frente Popular logre inscribirse en el JNE, para participar en un frente unitario. También existen problemas con la CGTP, con los sectores de Huamán y Risco.
·         Por otro lado, existen otros núcleos orgánicos como el FOCEP, PSR que no tienen presencia nacional.
·         También debemos  señalar al movimiento Humanista, que lidera Yehude Simon, que ha asumido posiciones de centro, es decir, ni siquiera de centro-izquierda y procesa participar en Frente Republicano de Valentín Paniagua.
·         La UPP, que ha avanzado hacia posiciones cercanas a la izquierda, se ha integrado a la CNI y tiene una privilegiada relación con PR-MNI y estaría dispuesta a formar un frente electoral  aglutinando sectores sociales, sindicales y núcleos políticos.
·         Nosotros, MDPU, estamos avanzando hacia una Convención Nacional (o III Encuentro Nacional), que de por terminada esta etapa de reconstrucción política-orgánica y dar un salto cualitativo hacia una nueva etapa de desarrollo y consolidación como proyecto partidario o como sostienen algunos cc. que hemos llegado a nuestro límite y debemos integrarnos a un proyecto partidario.
·         A fines de marzo, se llevó a cabo un Seminario Nacional de la CNI con la presencia: PR_MNI, PCP, UPP, FOCEP, PSR, MDPU, donde se abordaron tres aspectos importantes: La caracterización del periodo político, el programa y la izquierda. Consideramos, que a su nivel, es el Primer Encuentro Nacional de análisis y debate del conjunto de la izquierda, salvo el PDD. Pero, allí se manifestaron algunos problemas políticos:
  • El carácter de la CNI: PR quería convertirlo en un frente electoral, comprometiéndonos a nosotros con la UPP. Más allá, de las declaraciones, no quieren alianzas con el PDD, menos con el MH. Nosotros, logramos que se reafirme el carácter de la CNI, como la base del futuro Frente Revolucionario de carácter estratégico, diferente al frente electoral de esta coyuntura, aunque se interrelacionan dialécticamente.
  • Persistencia de una esquizofrenia política respecto a la unidad, por un lado se propicia la unidad partidaria y por otro se sigue manteniendo y se desarrolla el divisionismo en los frentes regionales, sindicatos y gremios. El principal responsable es PR, aunque en menor grado el PDD, PCP. Nosotros planteamos la necesaria unidad en todos los niveles, de lo contrario sería un fracaso el proyecto de la CNI.

La variopinta de lo que sería el espacio de la izquierda, como es de costumbre, han realizado un conjunto de reuniones con el objetivo de lograr la conformación de una plancha nacionalista y unitaria sin lograr el resultado esperado. Participaron en estas reuniones: Javier Diez Canseco y Julio Castro del PS, Alberto Moreno y Rolando Breña del MNI, Pedro Cenas y Máximo San Román de Avanza País, Luis Guerrero y Jorge Chávez Sibina de Perú Ahora, y Renán Raffo de PCP, personalidades nacionalistas democráticas: Iván Arroyo, Alejandro Narvaez.
Han priorizado los intereses de grupo. Patria Roja, avanzó en las negociaciones con Ollanta, pero en última instancia, éste desestimó la posibilidad de unidad con los sectores de la izquierda.
El PS, desde su congreso de conformación -presionado por la corriente de Linch que plantea la imposibilidad de una unidad con el MNI, de lo contrario renunciarían al PS- adoptaron el acuerdo de nada con Patria Roja y el MNI. Acuerdo que no permitió posteriormente cualquier posibilidad de entendimiento electoral. De allí, podemos desprender que el PS, se postula como el eje de acumulación de los sectores progresistas organizados, así como el artífice  para refundar la izquierda.
Lo cierto, es que electoralmente, ni el MNI ni el PS pudieron pasar la valla del 5%.
La izquierda, ha defraudado las expectativas manifiestas en amplios sectores populares que reclamaban la unidad de las fuerzas socialistas, nacionalistas y progresistas  para enfrentar a la derecha y al neoliberalismo en mejores condiciones en el campo electoral. Pero primó la desconfianza, el exclusivismo y los prejuicios propios de estos colectivos  tradicionales.
El proceso electoral reciente, dentro de la corriente latinoamericana de agotamiento del modelo neoliberal aplicado, la evidencia de la necesidad de cambio en la población, encumbra al Ollantismo con una suerte de nacionalismo reformista, que rápidamente catapulta a ser segunda fuerza electoral. En la primera vuelta se tomo la decisión de apoyo crítico como parte del pueblo organizado a UPP-PNP, en la mayor parte de las bases donde nuestros militantes participan activamente y en algunos casos integrando listas.
En  esta etapa se demostró:
·         El real sentimiento mayoritario de cambio a posiciones progresistas de la sociedad peruana.
·         La formación embrionaria de una organización de avanzada popular en base al PNP (que aborta en los meses siguientes).
·         La solidaridad internacional a una propuesta de cambio alternativo popular.
Luego de los resultados de la primera vuelta empieza un desmembramiento y degradación de la propuesta nacionalista y su organización debido a:
·         No logra realmente comprometer a organizaciones políticas y de bases para la forja de un frente real. Fue aplazado en dos oportunidades por el líder.
·         Exacerbado culto a la personalidad de Ollanta Humala, que no responde a la altura de un líder que busca acercamiento para la segunda vuelta en sectores de centro y de derecha, postergando a sus bases y técnicos.
·         La insuficiente construcción orgánica y carencia de cuadros intermedios.
·         Presencia en su seno de personajes básicamente oportunistas, que al no ocupar cargos o postulaciones, se vuelven contra las débiles dirigencias.
·         La ruptura absurda de la unidad con la UPP, básicamente por disputas de cuotas de poder o de grupos.
·         El enfrentamiento frontal con el etnocacerismo de Antauro que a su vez se radicaliza a posiciones vanguardistas con rasgos fascistas.

El resultado catastrófico de la segunda vuelta para el PNP y UPP llega para la tranquilidad de la derecha y del APRA y, más aún, cuando esto es producto de la incapacidad propia de las dirigencias de PNP y UPP, más no por una acción del capitalismo. No se podía haber hecho mejor para destruir una propuesta popular.
Al cabo de 5 meses de tener regiones con más del 70% o 80% de aceptación, casi deja de existir.
Esta segunda etapa nos deja  algunas enseñanzas:
·         Que el pueblo esta esperando una dirección coherente, participativa y políticamente formada.
·         Que requiere de una organización amplia orgánica con estructura partidaria y de frente, con militancia activa y con mística.
·         Que esta organización se geste en la participación de sectores gremiales, organizaciones políticas, sociedad civil organizada, socialista y progresistas.

Al final, la izquierda, después de proclamarse ampliamente unitaria y tolerante, enfrenta el proceso electoral del 2006 fraccionada y el saldo, es el castigo que le propicia el pueblo. No alcanza ni siquiera pasar la valla electoral, generando desconfianzas, derrotismos en sus militancias y mostrando ese acendrado espíritu oportunista, caudillista y capillesco de las agrupaciones.
Se perdió otra importante posibilidad de ganar presencia y protagonismo político que hubiera permitido generar dos campos reales: derecha e izquierda, fuerzas del continuismo y fuerzas para el cambio social.

CONCLUSIONES:
1.   En la fase de la NUEVA IZQUIERDA, particularmente del MIR (1960-1965), si bien esta organización política, frente a la crisis del sistema oligárquico semifeudal, levantó un programa de transición democrático-popular, dentro de un contexto continental de triunfo de la revolución cubana, en base a la bipolaridad mundial que hacía posible y viable la realización de dicho programa en la perspectiva del socialismo, su error fundamental está en la implementación práctica de su concepción estratégica que teóricamente estuvo correctamente planteada, pero que se impuso al final desviaciones militaristas, lo que lo llevó al fracaso, pero tuvo el aporte histórico de superar dialécticamente a una izquierda que durante tres décadas desarrolló una práctica reformista, adaptándose al sistema, ya que el MIR se organizó y trabajó para la toma del poder revolucionariamente, de acuerdo a las condiciones históricas de su tiempo.
2.   La izquierda peruana, frente al velasquismo que implementó el modelo capitalista de sustitución importaciones, llevado a su máximo nivel, no levantó un programa político concreto alternativo, sino que quedó en la formulación de un programa general de carácter socialista, de tal manera que no le sirvió para conducir políticamente las luchas del pueblo peruano, de tal manera que se redujo a ser asesor de las luchas reivindicativas del sindicalismo clasista, es decir, del reformismo sindicalista. A falta de un Programa Concreto para el nuevo período, desarrolló una estrategia reformista que, si bien sirvió para su crecimiento como partidos de izquierda y condujo luchas combativas como los paros nacionales de 1977 y 1978 y tuvo efectos políticos, pero no logró construir una REAL HEGEMONÍA IDEOLÓGICA Y POLÍTICA DEL PUEBLO PERUANO, es por eso que las mayorías nacionales optaron por los partidos burgueses tradicionales del APRA y PPC en la asamblea constituyente y AP en las elecciones generales de 1980.
3.   Fue correcta la decisión de la izquierda de participar en la Asamblea Constituyente y las elecciones generales que por la correlación de fuerzas reales, el nivel de conciencia y organización de las mayorías nacionales era tal que debería participar y utilizar los espacios democráticos para su profundización en función de una democracia plena, la izquierda peruana, habiendo superando la división, y unificada en el frente político de IU no tiene un programa alternativo ante un modelo de sustitución de importaciones que habían fracasado en toda la línea y frente a una política liberal y ortodoxa que el segundo belaundismo implementaba por orden del FMI y el BM, organismos que ya se desarrollaban dentro de una reestructuración mundial del capital ante el fracaso del keynesianismo y el establecimiento del neoliberalismo. Esto no le permitió orientar políticamente las luchas del pueblo peruano. Pero, además, cada vez más se fue integrando dentro y en función del sistema democrático burgués hasta el cretinismo parlamentario, con lo cual no sólo hubo ausencia de programa, sino también una gravísima desviación estratégica.
     Por el lado de Sendero Luminoso, no solamente siguió dogmática y mecánicamente levantando un programa de nueva democracia correspondiente a una formación semifeudal, sino que su estrategia cada vez más se fue desviando hacia posiciones militaristas y posteriormente terroristas, que en lugar de guiar a las mayorías nacionales, fue generando el repudio generalizado. Por lo tanto, SL, tarde o temprano terminaría fracasando por sus posiciones programáticas y estratégicas.
     El MRTA también adolece de las mismas propuestas programáticas concretas que la IU y si bien su estrategia se formula teóricamente como integral, en definitiva se orienta hacia desviaciones militaristas, lo que no le permitirá acumular fuerzas al nivel de la sociedad, sino que por el contrario, se va aislando cada vez más.
4.   La IU, convertida en la segunda fuerza política a nivel nacional, a pesar de sus carencias y desviaciones, pero que las mayorías nacionales, ante el fracaso de las opciones derechistas AP y PPC, le dieron su confianza a las opciones de centro a través del APRA y de la Izquierda a través de la IU. La alianza tácita de un sector de IU con el programa desarrollista del APRA en su primera fase y el no haber levantado un programa concreto alternativo tanto en su primera fase (85-87) y más aún en su segunda fase (87-90) no le permitió ser alternativa, que pudo haberse presentado como tal, ante el fracaso ya no solo de la derecha (AP-PPC), sino que ahora también del APRA, opción de centro. Pero además, su creciente abandono de las luchas del Pueblo Peruano, llevaron a que las masas se encuentran alejando cada vez más de la Izquierda. Ellas vieron como desde el parlamento, los gobiernos regionales y municipales, la Izquierda no era la alternativa política que responda a sus intereses.
      A esta situación grave se añadió las Iuchas internas, no solamente por diferencias tácticas, sino principalmente por las próximas elecciones generales que se avecinaba, nos referimos a la pugna de las curules parlamentarias, cabezas de lista, etc. Esta situación se fue agravando hasta su división. Un sector se salió y formó la Izquierda Socialista liderada por Alfonso Barrantes.
      A esto se añade la identificación que sectores populares hacían de la izquierda con el terrorismo, lo que generó temor, rechazo y por último influenció el fracaso del socialismo del bloque soviético que fue interpretado como el fracaso definitivo del socialismo y comunismo.
5.   Estas carencias, programáticas y las desviaciones estratégicas, se dieron en organizaciones cuya base social era mayoritariamente pequeña burguesa; y esta clase, como tal, desarrolló sus propios defectos, como por ejemplo, el individualismo que se expresó en el caudillismo y las luchas por las curules parlamentarias, en el manejo burocrático de las capillas partidarias, que se llenaban la boca de democracia, pero que en la practica manejaban a sus organizaciones como feudos; en el sectarismo liquidador que desataba, traía verdadera guerra sucia al interno de cada organización y entre ellas, de manera particular, debemos señalar que la organización más hegemonista y sectaria fue Patria Roja que dirigía el UNIR.
6.   Después, de la primera etapa Mariateguista, lamentablemente la izquierda peruana, durante tres décadas, fue una fuerza marginal a la sociedad. La nueva izquierda, particularmente con el MIR inicia un nuevo ciclo histórico con su clara vocación de poder, pero lamentablemente por las razones ya señaladas, no logró constituirse en una verdadera alternativa política revolucionaria a través de dos décadas (70-90) con lo cual se cerró otro ciclo, sentando las bases para la construcción dialéctica de un nuevo ciclo histórico en un mundo que ha cambiado sustancialmente.
7.   Aproximadamente, a partir del 2005 se ha  iniciado un nuevo proceso de ascenso en el movimiento popular y en las organizaciones de izquierda, aún inicial, disperso y contradictorio. Pero, podemos afirmar, que la etapa anterior de reflujo ha terminado, después de una década y media. Es importante señalar el desarrollo de los movimientos regionales, con sus propias reivindicaciones, identidades e historias que hacen del proceso mucho más diverso y plural que lo concebido hasta ahora. Los esquemas y los ídolos son rotos. El pueblo exige renovación, no sólo en criterios, sinó también en los liderazgos.
8.   El proceso de reagrupamiento se está haciendo sobre nuevas bases ideológicas y políticas:  sobre la base de un socialismo renovado, como base ideológica de la forja del partido revolucionario; y, la definición partidaria, sobre líneas programáticas dentro un pluralismo ideológico, teniendo como base común el rechazo al capitalismo neoliberal y el autoritarismo en cualquiera de sus formas.
9.   A partir de las experiencias de lucha de la izquierda, en esta últimas tres a cuatro décadas, todos sumen la necesidad de una estrategia integral para la toma del poder, articulándola dialécticamente con la conquista de gobierno en todos los niveles, considerando como eje estratégico el poder popular para construir una democracia participativa que integre dialécticamente la democracia directa con la democracia representativa.
10.  La convicción, que en un mundo globalizado, la lucha revolucionaria tiene que ser necesariamente de carácter continental, dentro de las particularidades nacionales, de allí  que todas afirman el apoyo a la revolución Socialista Cubana, a los procesos de integración subregional, el desarrollo del foro de Sao Paolo.
11.  Pero a pesar de estos avances, lamentablemente persisten desviaciones, que de no superarlas, no lograremos transformarnos en una real alternativa revolucionaria para transformar nuestra sociedad dentro de las perspectivas socialista:
-       El hegemonismo y sectarismo partidario, principalmente en PR que quiere ser el partido que domine políticamente a los demás.
-       La persistencia de la “camiseta propia”, esto quiere decir, que no se pone en el centro la necesidad de forjar un partido de carácter nacional que realmente tenga la capacidad de conducir al pueblo peruano para la conquista de los objetivos democráticos, nacionalistas y socialistas.
-       El caudillismo de algunos dirigentes políticos, expresando la tradición caudillesca y no democrática de nuestro pueblo.
-       No se respeta la naturaleza y autonomía de las organizaciones populares, de tal manera que para controlarlas políticamente llegan a dividirlas, objetivamente favoreciendo al enemigo de clase. Esto se ve en la existencia de 2 coordinadoras de frentes regionales, divisiones en el SUTEP, FEP y en otros gremios.
-       Persisten en algunos sectores conductas corruptas en el manejo de los recursos económicos para financiar a sus partidos, gremios, y posiblemente a nivel personal.


 
El documento solicítalo al email: pueblo.unido_peru@yahoo.es
gustosamente se le envía. Gracias.